No a los Combustibles Fósiles

Principios de la Resistencia Civil para el Clima

Clérigos arrestados en el sitio de construcción de Spectra

Clérigos arrestados en el sitio de construcción de Spectra

por Climate Defense Project (Proyecto de Defensa del Clima)

La resistencia civil es una forma de oposición no violenta contra la opresión, injusticia y daño ambiental. La llevan a cabo personas ordinarias y movimientos sociales. En el contexto del cambio climático, la resistencia civil contra el sistema de combustibles fósiles se justifica por ley, moralidad y el interés a largo plazo por el planeta y sus habitantes; se basa en las violaciones actuales de nuestros gobiernos federales y estatales en complicidad con las corporaciones por la degradación del clima causada por éstas; y es una exigencia debido a la necesidad de construir una sociedad nueva en la que la equidad y sustentabilidad ecológica reemplacen la corrupción y violencia contra el régimen actual. El derecho a participar en una resistencia civil se basa en los derechos fundamentales e innegables a un planeta sano y un futuro justo.

Vivimos en una era de crisis climática. Los cambios a la composición atmosférica, causados principalmente por la quema de combustibles fósiles, están produciendo una elevación del nivel del mar, clima extremo, sequías y desplazamientos políticos. El calentamiento acelerado continuará por lo menos varias décadas más, afectando desproporcionadamente a las personas más vulnerables del planeta. Mientras la inestabilidad climática a gran escala ya es inevitable, la liberación de emisiones de carbono tendrá un efecto mucho más catastrófico para el futuro.

La crisis climática es una crisis social. Dos siglos de extracción de gas, petróleo y carbón han transcurrido dentro de un sistema de explotación y ataque generalizado contra la naturaleza y seres no-humanos. Mientras que el uso de combustibles fósiles ha suministrado ganancias materiales, también ha llevado a un consumismo excesivo e inequidad económica, produciendo daños que ahora sobrepasan los beneficios. La extracción continua de estos combustibles, a pesar de la evidencia clara de su naturaleza venenosa y la disponibilidad inmediata de alternativas, enriquece a las clases ricas a expensas de las pobres, del planeta y generaciones futuras. El uso continuo de combustibles fósiles magnifica las inequidades y refuerza las jerarquías, incluyendo aquellas basadas en la raza, género, clase, sexualidad, discapacidad y otras identidades, que son endémicas para el orden establecido.

Comunidades y activistas en los Estados Unidos y alrededor del mundo han luchado esta guerra durante años y han expresado la urgencia de una oposición, la resistencia. Aunque reconocen las injusticias históricas de nuestro sistema político actual y el derecho a la auto-determinación de las naciones indígenas dentro de las fronteras de los Estados Unidos, al igual que las contradicciones y limitaciones del sistema legal americano, resulta de utilidad considerar las justificaciones legales para la resistencia civil contra el sistema de combustibles fósiles. Los siguientes principios de la resistencia civil para el clima tienen el propósito de ser un recurso destinado a individuos y comunidades comprometidas con la lucha contra el cambio climático por justicia climática.

El sistema de combustibles fósiles

La adicción a los combustibles fósiles está diseñada para generar dependencia. Los gobiernos y compañías de combustibles fósiles trabajan juntos para asegurar que la producción sea redituable y que el precio de extracción, refinación, transporte y quema de combustibles fósiles lo asuman las víctimas. Aquellos que más se benefician de este proceso, los inversionistas privados y sus protectores públicos, pasan la responsabilidad del uso de energía a las decisiones personales de consumo. Por décadas han desviado la responsabilidad, ocultado la ciencia climática al público general y redirigido la atención lejos del aparato institucional político que fortalece el sistema de combustibles fósiles. La consolidación del control político ha distorsionado el proceso democrático y también aislado la voluntad popular.

El gobierno y sociedad civil han demostrado su incapacidad para afrontar este reto. Décadas de esfuerzos para convencer las instituciones públicas y corporaciones de abandonar su comportamiento destructivo han fracasado, culminando en el hecho absurdo pero revelador que después de años de establecer nuevos récords de temperaturas y clima extremo, el gobierno más poderoso en la Tierra ahora niega la realidad del cambio climático. Es demasiado tarde para seguir recibiendo más excusas, como legislaciones y agencias reguladoras que a menudo son absorbidas por las mismas industrias que deberían estar limitando, para reconocer la necesidad de tomar acción.

El Derecho a Oponerse

Cualquier derecho legal presentado para extraer, transportar y vender combustibles fósiles es presuntamente inválido. No existe el derecho a destruir el planeta y sus personas. Por el contrario, al fracasar en atender la crisis climática y al perpetuar los sistemas de combustibles fósiles, corporaciones y gobiernos han violado la ley estatal, federal e internacional.

Estas violaciones extraordinarias generan el derecho a oposición de parte de las personas. El consenso popular es el predicado de la gobernanza democrática y puede ser revocado cuando las instituciones gubernamentales han perdido su alianza con el público. El derecho básico de las personas a reemplazar los regímenes corruptos con un nuevo orden social basado en la justicia e igualdad es inmutable y no requiere permiso legal.

La ley reconoce este principio de resistencia justa. La doctrina de la necesidad, por la cual los individuos están justicficados de violar la ley para servir un interés mayor, ha sido ratificada durante milenios por códigos y tradiciones legales, incluyendo la ley de los comunes americana y los estatutos de varios estados. Las leyes que reconocen el derecho a defenderse uno mismo, a los demás y la propiedad proporcionan justificaciones adicionales para la oposición. La Declaración Universal de Derechos Humanos dice que las personas “tienen como último recurso la rebelión contra la tiranía y opresión” y los documentos fundacionales están basados en los principios de resistencia contra un gobierno injusto.

Recursos y Principios para el Derecho a la Resistencia Civil para el Clima

La Declaración de Independencia y Constitución de los Estados Unidos

Protesta contra oleoducto Keystone XL en la Casa Blanca el 2 de marzo de 2014

Protesta contra oleoducto Keystone XL en la Casa Blanca el 2 de marzo de 2014

  • La Declaración de Independencia sostiene que los gobiernos existen para asegurar los derechos de las personas a la “vida, libertad y la búsqueda de la felicidad”. Al promover la liberación de gases de efecto invernadero y los daños que le acompañan, bajo el extenso conocimiento de los efectos del sistema de combustibles fósiles, los gobiernos federales y estatales han trabajado en contra de estos intereses, asegurando perjurios a la salud, bienestar y propiedad públicas. Al mismo tiempo, estos gobiernos han defendido, a menudo violentamente, el comportamiento destructivo de las corporaciones de combustibles fósiles. Al promover esta injusticia, lo gobiernos federales y estatales pierden la “aprobación de los gobernados”.
  • La quinta enmienda de la Constitución de los Estados Unidos declara que ninguna persona debe “ser desprovista de su vida, libertad o propiedad sin el debido proceso ante la ley”. Al promover y defender el sistema de combustibles fósiles, el gobierno de los Estados Unidos ha comprometido la vida, libertad y propiedad de las poblaciones vulnerables actuales y la de todas las generaciones futuras, exponiéndolos a perturbaciones climáticas, elevación del nivel del mar y desplazamiento social. Comprometidos por su obligación bajo la decimocuarta enmienda para respetar los procesos debidos de la ley, los gobiernos de los estados de igual manera han actuado ilegalmente promoviendo los daños del sistema de combustibles fósiles.
  • La decimocuarta enmienda garantiza una “protección igual” ante la ley. Al cambiar deliberadamente la carga de la generación de ganancias de los combustibles fósiles a las personas pobres, de color, naciones indígenas y generaciones futuras, los gobiernos federales y estatales han usado injustamente su autoridad legal para exponer a las comunidades más vulnerables a los mayores riesgos de la crisis climática.

Confianza Pública

  • Los gobiernos estatales y federales están sujetos a proteger aquellos aspectos de la naturaleza no-humana, tales como el aire, agua y clima, que son necesarios para sostener la vida y bienestar de las personas. El papel del gobierno como administrador para la confianza pública de recursos naturales invaluables ha sido reconocido por soberanos alrededor del mundo y por los tribunales de los E.E.U.U.. Además de su deber de proteger un clima estable, sin el cual la sociedad humana sería imposible, los gobiernos federales y estatales están obligados a defender los ecosistemas dañados por el calentamiento global que las industrias extractivas provocaron. En su lugar, al promocionar participativamente las actividades dañinas de las corporaciones de los combustibles fósiles y al permitir la degradación y destrucción de las entidades protegidas por la confianza pública, los gobiernos federales y estatales han violado sus deberes con la sociedad.

Derechos a un Gobierno Local y Auto-Determinación

  • El derecho de las comunidades locales a gobernarse a sí mismas y a oponer una resistencia en contra de las prácticas dañinas del sistema de combustibles fósiles está garantizado por la Declaración de Independencia, la cual establece el propósito del gobierno de servir los intereses de las personas y por la novena enmienda de la constitución, la cual resguarda todos los derechos innumerables de las personas. Por lo tanto, las comunidades locales están empoderadas para proteger el derecho a un clima saludable y a defenderse contra la invasión del sistema de combustibles fósiles. Ignorando esta autoridad, los gobiernos estatales y federales han evocado falsos “derechos corporativos” para imponer los proyectos de infraestructura y contaminación de los combustibles fósiles en contra de la voluntad de las comunidades locales y a pesar de su oposición. Dichos abusos son una violación directa del deber de respetar la autodeterminación de las personas.
Cierre de construcción en Standing Rock

Cierre de construcción en Standing Rock

Derechos de Indígenas

Cierre de construcción en Standing Rock

Cierre de construcción en Standing Rock

  • El apoyo del gobierno al sistema de combustibles fósiles se ha basado en la violación de las obligaciones federales hacia las comunidades indígenas a través de ventas mayoristas, incluyendo permisos para la infraestructura de combustibles fósiles en territorios tribales y la violación de derechos de auto-determinación y libertad religiosa. El gobierno federal también ha violado sus compromisos bajo la Declaración Americana de Derechos de Indígenas, la cual reconoce que “los indígenas tienen el derecho de vivir en armonía con la naturaleza, derechos a salud, seguridad y un ambiente sostenible”, al igual que “el derecho a conservar, restaurar y proteger el ambiente y manejar sus tierras, territorios y recursos de forma sustentable”.

La Declaración Universal de Derechos Humanos

  • La Declaración Universal de Derechos Humanos reconoce el derecho de cada individuo a la “vida, libertad y seguridad”, “derechos económicos, sociales y culturales indispensables para [su] dignidad y el desarrollo libre de [sus] personalidades”, y el derecho al “orden social e internacional en el cual los derechos y libertades expuestos en esta de declaración puedan realizarse completamente”. Al promover y proteger el sistema de combustibles fósiles que directamente rompe estas garantías y al imponer un orden social que degrada el clima en beneficio de los ricos, los gobiernos federales y estatales han violado los derechos humanos básicos de las personas.

Tratados Internacionales

  • Bajo la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, los Estados Unidos está legalmente obligado a “prevenir la peligrosa interferencia antropogénica en la atmósfera”. También se requiere bajo el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos a mantener “condiciones … donde todos puedas disfrutar [sus] derechos civiles y políticos al igual que [sus] derechos económicos, sociales y culturales”. Al contribuir directamente a la emisión de niveles peligrosos de dióxido de carbono y al deteriorar las condiciones para una sociedad estable, a pesar del conocimiento extenso de los daños del cambio climático, el gobierno federal ha violado estas obligaciones internacionales pactadas.

Derecho Consuetudinario Internacional

  • Es un principio básico de la ley internacional que declara que los estados deben prevenir que su territorio sea usado de forma tal que cause daños ambientales a otras naciones. Este principio de “no dañar” requiere que los países prohíban las actividades públicas y privadas que causen daños en otras partes. Al promover la extracción de combustibles fósiles dentro de nuestras propias fronteras y al fomentar los esfuerzos de las corporaciones americanas para expandir el sistema de combustibles fósiles en el exterior, los Estados Unidos ha violado flagrantemente el principio de no-daño.

Derechos de las Entidades No-Humanas

  • Al reconocer que los humanos y no-humanos forman una comunidad natural unitaria y que una sociedad justa resulta imposible sin el cuidado adecuado de animales, plantas y ecosistemas, los derechos de las entidades no-humanas deben ser respetados. Estos derechos que están implícitos en la novena enmienda, la doctrina de la confianza pública y las leyes de protección ambiental, están reconocidas por la Declaración Universal de los Derechos de la Madre Tierra e incluyen el “derecho a la vida y el derecho a existir”, “el derecho a ser respetado” y el “derecho a una restauración inmediata” por violaciones. Al subsidiar y permitir la diseminación de la destrucción y daños a las entidades no-humanas por la extracción de combustibles fósiles, los gobiernos federales y estatales han violado estos derechos.
Protesta contra oleoducto KXL en la Casa Blanca el 2 de marzo de 2014

Protesta contra oleoducto KXL en la Casa Blanca el 2 de marzo de 2014

Estos principios legales (y otros que puedan detallarse y desarrollarse mejor) ilustran el derecho a oponer una resistencia no-violenta contra el sistema de combustibles fósiles y las acciones de los gobiernos federales, estatales y locales que las apoyan. Esta resistencia se justifica por la amenaza extrema y existencial a toda la humanidad y vida no-humana que representa el cambio climático. El derecho a oponer una resistencia está por lo tanto basado en la justicia, moralidad y el derecho de las personas a retirar su consentimiento de un gobierno que trabaja en contra de sus intereses.

Cualquiera sea la forma que esta resistencia no-violenta tome, que está en camino en comunidades alrededor del mundo, y a aquellos que confronten el sistema de combustibles fósiles, están justificados en su lucha por un mundo mejor.


Inspírate con estas tres acciones de resistencia por el clima:


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