Una publicación del Sindicato de las Abejas Asesinas – Ilustración de Jonas Goonface – Webificado por No a los Combustibles Fósiles
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La tierra se queda sin aliento al igual que todos los seres vivos en ella. Los nudos más apretados alrededor de nuestras gargantas son serpientes negras, los oleoductos que empujan afuera de los campos de petróleo de Alberta elevando el carbono que asesina al clima a través de la tierra y agua. Las luchas en contra de estos oleoductos encarnan una serie de batallas en la guerra por el futuro de la vida en este planeta: El Bloqueo de las Arenas Bituminosas, Standing Rock, Campamento Unit’ot’en, Campamento L’eau Est La Vie. Estos son lugares donde nos posicionamos en contra de la aniquilación. Pero la batalla va más allá de estos campos. Esta es una pelea por cada uno de nuestros futuros, y la derrota no es opción.
A través de peleas arduas, hemos forjado y afilado nuestras tácticas para adaptarnos y ganar. Este zine ha sido escrito y editado por varios veteranos de la línea primeriza en la lucha climática, esperando transmitir conceptos nuevos en torno a cómo luchamos aquellos que nos llevarán a la extinción. Especialmente, quisiéramos introducir el concepto de enjambre y la estrategia de caravanas itinerantes, usando la Campaña Mississippi Stand como caso de estudio.
Las tácticas de enjambre son aquellas que usan células de acción autónoma en el campo de batalla, actuando en coordinación sin una estructura de comando centralizada o jerárquica. Esta forma de llevar a cabo acciones mimetiza a los enjambres en la naturaleza, como las abejas o pirañas. Los humanos han usado tácticas de enjambre durante miles de años, especialmente para guerrillas y fuerzas insurgentes que confrontan fuerzas de ocupación con mayores fondos.
La táctica de la caravana móvil abreva en el análisis de la lucha contra oleoductos abordándola como una guerra de “guerrillas” asimétrica en contra de la fuerza de ocupación dirigiéndose al siguiente paso lógico. En lugar de depender enteramente de campamentos estacionarios que se instalan para bloquear un oleoducto, el acercamiento de caravana móvil depende de la disrupción de la producción de a lo largo y ancho del oleoducto, dispersando a la policía y fuerzas de seguridad para reducir su densidad y maximizar la disrupción.
Nuestra meta radica en insertar estas ideas en la consciencia del movimiento general para su discusión, debate y subsecuente aplicación en el campo. Este zine se ha escrito en el contexto de la planeación de la lucha de la Line 3 que cruza territorios Ojibwe y Dakota y las cuencas del norte de Minnesota. Sin embargo, creemos que las lecciones que exploramos aquí y las experiencias que ganamos a través de la lucha encontrarán relevancia más allá de esta lucha de oleoductos particular. Creemos que si se adoptan, estas tácticas pueden incrementar significativamente nuestras luchas contra la infraestructura de combustibles fósiles.
La actual Line 3 es un oleoducto de Enbridge que transporta petróleo crudo de las Arenas Bituminosas de Alberta a Superior, Wisconsin, abarcando el norte de Minnesota y atravesando el Lago Leech Lake y la reserva Fond du Lac y las áreas de los tratados de 1855, 1854 y 1842.
Ha estado operando desde 1968, y ha tenido fugas numerosas veces. Una de esas fugas fue el derrame terrestre más grande en de los E.E.U.U.: En 1991, 1.7 millones de galones de petróleo perforaron la tubería y se derramaron en Grand Rapids, Minnesota. Ahora que se acerca al final de su vida útil, las tuberías en decadencia del oleoducto no pueden continuar transportando petróleo. En lugar de clausurar la Line 3 y de pagar por desmantelarla y rehabilitar las tierras destruidas, Enbridge está anunciando sus objetivos de expandir el oleoducto, para transportar un mayor volumen de petróleo en un corredor nuevo: como “reemplazo”.
Con un costo de $7.5 mil millones de dólares, la propuesta de la nueva Line 3 sería el proyecto más grande en la historia de Enbridge y uno de los oleoductos de crudo más grandes el mundo, transportando hasta 915,000 barriles al día del combustible más sucio de la tierra, crudo de arenas bituminosas. De acuerdo al científico retirado de la NASA, James Hanson:
“Si Canadá procede, y no hacemos nada al respecto, será el final del clima. Las arenas bituminosas de Canadá (depósitos de arena saturada con bitumen) contienen el doble de la cantidad de dióxido de carbono emitido por el uso global de petróleo de toda nuestra historia. Si llegáramos a explotar completamente esta fuente nueva de petróleo, y continuamos con la quema del suministro convencional de petróleo, gas y carbón, eventualmente, las concentraciones de dióxido de carbono en la atmósfera alcanzarían niveles superiores a la era del Plioceno, hace más de 2.5 millones de años, cuando el nivel del mar estaba por lo menos 50 metros más alto de lo que está ahora. Ese nivel de gases que atrapan el calor asegurarían la aceleración de la desintegración de las capas de hielo hasta perder el control. Los niveles del mar se elevarían y destruirían las ciudades costeras. La temperatura global sería intolerable. Entre el 20 y 50 por ciento de las especies del planeta serían llevadas a la extinción.”
Este proyecto representa una amenaza directa no sólo a las líneas primerizas de las comunidades indígenas y millones de personas que dependen del agua de los ríos y lagos para beber, pero también para los seres vivos de todo el planeta que serían aniquilados por la bomba de carbono que este proyecto podría emitir.
La Line 3 será una pieza clave en la infraestructura de las arenas bituminosas. Está diseñada para apuntalar una industria moribunda durante unas cuantas décadas más. De acuerdo con Winona Laduke, una activista indígena y ambientalista de mucha experiencia que lucha contra este oleoducto, “Enbridge, necesita mantenerse de pie. Esta sería su última chupada de vampiro…”.
Enbridge ha puesto la mayoría de sus huevos en esta canasta y frenar este proyecto sería un gran golpe en su contra. Además, el fracaso de este proyecto mandaría ondas expansivas a través de toda la industria de combustibles fósiles, ayudando a nuestros camaradas en su lucha contra proyectos de desarrollos similares. Antes del veto que Obama diera a la aprobación del oleoducto Keystone XL (al que la administración de Trump volvió a otorgarle derechos de obra) las finanzas tambaleantes del proyecto ocasionaron que un número de corporaciones abandonaran el proyecto de las arenas bituminosas: la gigante petrolera de Noruega, Statoil, Royal Dutch Shell, la compañía energética de Francia, Total y SunCor Energy de Canadá. Esos son miles de millones de dólares de ganancias que éstas empresas no lograron al poner a Keystone en la cuerda floja. De acuerdo a Brian Palmer, escritor de la revista Earth Magazine en 2014 Keystone era de valor crucial para que los proyectos de arenas bituminosas fueran rentables y sin el oleoducto, “un negocio de ganancias marginales [se vuelve] un negocio completamente incosteable, y eso está asustando a los productores de petróleo, alejándolos de los proyectos de arenas bituminosas”. La relevancia crucial de los proyectos mayores de oleoductos para la continuación de las arenas bituminosas resulta especialmente cierta en el caso de la Line 3.
Cabe notar que, sin oleoductos, la industria de los combustibles fósiles estaría obligada a depender de los trenes petroleros, y ciertamente buscaría incrementar el tráfico de petróleo por vías férreas. Sin embargo, para la industria, los trenes petroleros son mucho menos viables económicamente. El oleoducto es un punto de ahogo, y cortarlo del suministro significaría que la industria quedaría obligada a depender de los trenes petroleros que generan menos ganancias. La oposición a los trenes sigue siendo un frente clave; muchos ya están haciendo este trabajo, y si vencemos los oleoductos, los trenes petroleros permanecerán como un punto de lucha. Mientras los aspectos que este zine pretende cubrir podrían ayudar y adaptarse a la lucha de ese frente, se sale de nuestro alcance por ahora.
La Line 3 se ha transformado en la primera línea de combate contra el cambio climático. La capacidad de un oleoducto para transportar casi un millón de barriles diarios de la sustancia más sucia del planeta es sencillamente un “fin del juego” para cualquier oportunidad que tengamos de combatir el cambio climático tan sólo en términos de emisiones de carbono. Además, es el proyecto más valioso que la compañía de petróleo más grande de Norteamérica tiene. Frenar este oleoducto sería como cortarle la arteria a la industria petrolera y quitarle el flujo de la sangre vital que necesita para funcionar dada su capacidad actual. Una victoria aquí resonaría a través de todas nuestras luchas contra la industria petrolera. Sencillamente no podemos perder.
Nuestra postura: Si queremos ganar, necesitamos innovar en nuestra acción directa estratégica. Nuestro acercamiento actual de cabildeo, manifestaciones masivas, campamentos temporales o de largo plazo de acción directa, mientras permanecen indispensables, no son suficientes para empujar la industria bituminosa por el precipicio del que cuelgan. Más aun, bloqueo tras bloqueo vamos quedando a merced de un sistema legal incompasivo que nos impone miles de dólares en multas y años de prisión. El estado de nuestro movimiento de oleoductos es claro: necesitamos crear un nuevo paradigma, que piense más estratégicamente, y que piense en las tácticas que serían nuevas para nuestro enemigo y fuerzas policiales que los protegen.
En este zine veremos al Mississippi Stand como caso de estudio para entender las caravanas móviles y las tácticas de enjambre que emplearon. El Mississippi Stand, hasta donde sabemos, fue el primero en emplear este tipo de estrategia hacia la infraestructura de oleoductos.
Teniendo al mundo entero en peligro, todos tenemos algo que perder en esta lucha. Habiendo dicho eso, queremos dejar claro que quienes planean tomar acción en territorio indígena, que no les pertenezca, tienen que considerar el impacto que sus acciones podrían tener en las líneas primerizas de las comunidades nativas. Esas comunidades recibirán los mayores impactos directos y han estado liderando la lucha contra el ecocidio capitalista colonialista durante siglos. Al no participar en los contextos “del territorio” podemos efectuar errores estratégicos que puedan impactar negativamente las comunidades de la línea primeriza y la totalidad de la lucha contra el oleoducto.
Pensamos que las personas que consideren emplear las tácticas que describimos aquí adentro del territorio de una reservación deberían desarrollar relaciones con las personas nativas radicales que estén enraizadas en sus comunidades y que los miembros de las caravanas compartan la solidaridad política con ellos. Aunque está fuera del alcance de este zine, al final proveeremos algunas ligas que describen las formas principales de acercamiento cuando se lucha hombro con hombro al lado de personas indígenas o en las luchas que efectúan.1 2 3
La estrategia de la caravana se desarrolló a partir del campamento de Mississippi Stand en Keokuk, Iowa como el aprendizaje que los protectores de agua lograron al adaptarse y sobrellevar las limitaciones tácticas de mantener un campamento estacionario.
Keokuk es un poblado conformado principalmente por la clase trabajadora blanca a orillas del Mississippi, donde Energy Transfer Partners tuvo que pasar por debajo del río para instalar el oleoducto.
El Mississippi Stand inició cuando Jessica Reznicek junto con los Trabajadores Católicos (Catholic Workers) instalaron su primera tienda de campaña y Jessica les pidió a sus compañeros que la acompañaran durante 24 horas después del primer bloqueo que cerró el paso de camiones que tenían la tarea crucial de perforar debajo del Río Mississippi. A menudo entablaron tácticas de acción directa para frenar la construcción, incluyendo el acto de entrelazar sus brazos y bloquear la carretera que llevaba al sitio de la construcción. El primer bloqueo al sitio de perforación inició con Jessica y otras dos personas. Esta campaña nació de su trabajo y el campamento que estableció abajo de la colina del sitio de construcción.
Ya que sucedían tantas cosas en Standing Rock, un protector de agua del lugar decidió abrir este nuevo frente para la acción directa en la lucha contra el oleoducto DAPL (Dakota Access Pipeline). No había una comunidad nativa grande ni una lucha con liderazgo indígena en este pueblo que pasaba por el camino del oleoducto. El contingente local invitó a los activistas externos por su experiencia y voluntad de compromiso con la acción. Estos activistas externos realizaron trabajos importantes desde el inicio con miembros de la comunidad que habían estado oponiéndose al oleoducto en la corte durante años. Construyeron relaciones en las tiendas, iglesias y eventos comunitarios. Les sirvieron alimentos en el campamento inicial en la ribera del Río Mississippi. Su solidaridad crecía hacia los protectores de agua que eran ajenos al poblado construyeron un sentido de apertura con otros lugareños para que participaran en acciones directas y desobediencia civil. Muchas de las personas nunca habían participado en una manifestación política con anterioridad, pero después de participar en varias marchas, los lugareños tomaron clases de entrenamiento para efectuar bloqueos a los sitios de construcción y frenar las actividades. Esta organización inicial culminó con el campamento y la creación de la caravana móvil.
Desde sus orígenes, el campamento luchó contra problemas logísticos como la asignación de poder para la toma de decisiones entre partidos desorganizados: el terrateniente donde se situaba el campamento, los fundadores originales del movimiento, aquellos que llevaban más tiempo y los participantes más nuevos que se involucraban. Para superar este estancamiento, los anarquistas propusieron e implementaron una estructura horizontal con el consenso del grupo.
Al principio, el campamento fue tanto un objetivo de la vigilancia como también lugar de refugio. En la pradera abierta las tiendas de campaña no son a prueba de ruido y las voces viajan lejos. Los integrantes tenían que abandonar el campamento cada vez que querían planear una acción. Los oficiales de policía hacían rondas justo enfrente de la carretera cercana al campamento, a plena vista. La vigilancia de mercenarios privados fue más allá que la de los policías, como le podría resultar familiar a los veteranos de Standing Rock y a cualquiera que haya leído los Tigerswan Papers. La planeación de acciones en el campamento también significaba que muchos de los compañeros que no estaban alineados con el contingente anarquista podían escuchar. Muchos de estos campistas estaban de acuerdo con la protesta contra el oleoducto, pero no lo estaban con la implementación de acciones directas para encadenarse al equipo o irrumpir en la construcción. Otros, sencillamente no se les podía confiar con la información sensible, ya fuera porque no tenían buenas prácticas de seguridad de información o porque [enunciado incompleto en el zine.] Como veremos después en “Seguridad de Información,” el campamento Mississippi Stand sí tuvo un informante que trabajaba para el sector privado.
Incapaces de usar el campamento para planear acciones, el contingente que estaba más enfocado a la acción directa finalmente formó un segundo campamento, en secreto. En respuesta, se desarrolló un grupo de afinidad que salió de ese campamento. Un grupo de afinidad es un grupo cerrado de personas que actúan juntas en torno a una causa en común, a menudo en secreto, cuando participan en acciones directas. Sin embargo, los grupos de afinidad no tienen que nacer forzosamente de los campamentos de acción, ni siquiera tienen que ser parte del campamento. En un campamento que permita a quien quiera entrar, es imperativo que los comités de acción permanezcan separados del campamento principal.
Después de cada acción, los protectores del agua corrían hacia el sitio de construcción del oleoducto, encadenando el equipo y clausurando las actividades durante algunas horas a la vez. Desarrollaron una familiaridad con las tácticas de enjambre, que describiremos más adelante. Conforme continuaba la lucha, algunos de los trabajadores del oleoducto y seguridad privada empezaron a disgustarse. Algunos trabajadores revelaron el talón de Aquiles del oleoducto: si la cantidad inmensa de presión que se necesita para colocar una tubería debajo del río se frenaba durante un proceso que llamaban “sub-perforación” (underbore), podría ser suficiente para que el túnel colapsara. Esto podría retrasar la construcción durante varios meses. El daño económico sería mucho mayor que otras formas de sabotaje directo, y el riesgo menor. Los descubrimientos se corroboraron con algunos ingenieros y los protectores del agua pusieron manos a la obra.
En los siguientes días, los exploradores salieron en busca de los dos lados del río vía dron y binoculares, al igual que siguiendo la pista del tráfico que salía y entraba del sitio. Se recopiló inteligencia y la revisó el comité de acciones que, después de muchas discusiones, identificaron un sitio de vertedero necesario para disponer del agua de desperdicio tóxica durante el proceso de sub-perforación. Este era un punto débil vulnerable para el bloqueo. Se planeó una marcha para confrontar el sitio de perforación principal pero luego se dirigieron al vertedero. Aquí, un grupo de acción usó de encubierta la marcha para instalar una caja de bloqueo de 180 kg. Al principio, tanto la policía como los mercenarios declararon que era una pérdida de tiempo, que el sitio no era valioso y que no les importaba si se quedaban. Confiados de la información que habían recopilado, los protectores de agua redoblaron y reforzaron su posición con un tráiler que compraron en línea y le encadenaron una persona. Conforme pasaba el tiempo los exploradores descubrieron que, en efecto, el trabajo había sido frenado. Y la policía, con ayuda de los mercenarios, intentaron durante días quitar el bloqueo. El Mississippi Stand enterró los pies, aceptó muchos arrestos, pidió refuerzos y desarrolló un plan para una contra-ofensiva del lado de la perforación.
Desafortunadamente, dos docenas de protectores de agua no fueron cantidad suficiente para mantener el bloqueo, especialmente por los arrestos y el apoyo legal que sería necesario. También, los trabajadores de DAPL decidiendo tirar ilegalmente el agua de desperdicio en un sitio que ya estaba agotado y se derramó inmediatamente en el río cercano. Decidieron que el riesgo de las multas no sobrepasaba el costo de frenar la construcción un día más. Tristemente, con una cantidad de miembros arrestados y sin más refuerzos, el Mississippi Stand no pudo contender directamente contra la sub-perforación, mantener el bloqueo, producir medios y también ofrecer apoyo legal. La construcción continuó y la sub-perforación se completó.
Después del fracaso para golpear el punto débil en Keokuk, los protectores de agua eligieron intentar otra vez en otra porción del oleoducto en otra sub-perforación del río. Esta decisión fue la que más o menos inició formalmente la caravana móvil. En los campamentos de acción, las personas suelen enraizar en un lugar con tan sólo un rango limitado de objetivos a los cuales canalizar su atención. La ventaja de los grupos móviles es que permiten que la ofensiva presione desde cualquier parte. Habiendo perdido la pelea en Keokuk, la caravana ahora podía atacar en cualquier lugar del oleoducto. El movimiento constante a través de distintos condados y estados les brindó la ventaja de que era demasiado difícil para las agencias protectoras de la ley de ponerles las manos encima, permitiendo que el elemento sorpresa les diera ventaja en cada sitio de golpe nuevo. Como un grupo que se especializaba en la movilidad, podían llegar, explorar el sitio y dar un golpe. Un área cerca de un campamento puede rodearse, pero es difícil defender toda la ruta de un oleoducto. La desventaja para el estado y fuerzas corporativas es la cantidad de terreno que tendrían que proteger. Esto transforma la movilidad en una ventaja que reduce la oposición.
El grupo de la caravana conformaba una tripulación pequeña, cada persona había sido aprobada, y cada uno era capaz de confiar en los demás. Esto les permitió mayor precisión al momento de efectuar acciones. El alboroto de la vida de campamento quedó atrás: la vigilancia diaria, la falta de privacidad, los riesgos de seguridad de personas desconocidas que entraran en el campamento. La familiaridad que compartían permitió que cada uno jugara un rol de acuerdo a sus fortalezas. Conforme luchaban juntos y aprendían a trabajar como una unidad, fueron capaces de llevar a cabo acciones de gran complejidad de movimiento y con más variables en juego. Esta familiaridad entre el grupo les permitió permanecer flexibles y en esta lucha la flexibilidad es clave. No puedes tener un plan rígido y esperar que se desarrolle sin complicaciones. Tienes que ser capaz de ver y tomar ventaja de las oportunidades que se presenten, de empujar la ofensiva con los recursos que tienes. En el día a día, las tareas se asignaban mejor a una tripulación de lazos estrechos. Sin contar el mantenimiento de los vehículos, los recursos se usaban eficientemente.
Aun así, después de meses de planeación constante y acciones directas móviles, sus esfuerzos fracasaron. En su última acción, durante la última sub-perforación, no fueron capaces de fijar el momento exacto que necesitaban para irrumpir en el proceso de sub-perforación. Los problemas de comunicación, indecisión y la incertidumbre del horario los llevaron a perder la ventana de oportunidad para frenar la perforación. También, los intentos de otra tripulación de bloquear un camión en marcha que se dirigía al sitio de perforación, fracasó debido a un percance técnico con la caja fuerte. Un protector del agua llevaba puesto un suéter demasiado grueso, lo cual dificultó que se le encadenara a la caja fuerte mientras los guardias de seguridad lo jaloneaban para alejarlo del camión. En estas acciones, ningún detalle es demasiado pequeño para dejarlo ir.
Claramente, este modelo tuvo limitaciones y desventajas. Sentimos que es importante mantener la honestidad de estas para que otros protectores de agua no sean atrapados por sorpresa.
Primero, el modelo no estaba orientado hacia la organización comunitaria. El movimiento constante y la falta de lazos con las comunidades fueron motivos por los que no estaban listos para movilizar a los residentes locales y encaminarlos a luchar contra el oleoducto en las áreas donde el trabajo no había sucedido aún, y a menudo operaban en comunidades donde no tenían el apoyo de redes para su trabajo. Este es un trabajo importante que necesita llevarse a cabo por activistas y organizadores enraizados en sus comunidades. La caravana no es una herramienta para ese trabajo; es una herramienta para la acción directa.
La caravana recorría distancias largas y constantemente estaba a merced de las averías de los coches. La mayoría, si no es que todos los protectores de agua eran pobres, socorridos únicamente por una campaña agresiva de medios para recaudar fondos. Dependían de sus propios vehículos para llevar a cabo estas acciones. Un camión confiable hubiera logrado maravillas para su campaña, o el tipo de equipo que las caravanas pudieran tener para apoyar un movimiento más amplio. Se hubieran beneficiado de tener a alguien de nuestro grupo con la tarea de sonar bongos y platillos para lograr el apoyo, al proveer comunicados y ruedas de prensa en los medios de comunicación radicales o al buscar otros grupos y comunidades y pedir fondos.
Su falta de conocimiento técnico fue una desventaja al principio, aunque se dieron pasos agigantados para superarlo con investigación y asesoramiento cuidadosos. Inicialmente hubo un número de percepciones falsas de lo que era necesario para frenar la sub-perforación. Las tácticas buenas que se basan en información imprecisa no lograron ningún bien. Así que consultaron ingenieros. Su experiencia informó adecuadamente a la caravana para que dirigiera sus objetivos en los momentos cruciales del proceso. La información buena es esencial para llevar a cabo una campaña exitosa.
Otra debilidad se debió a que trataba de una caravana única. Con suficiente determinación, la ley puede aprender a rastrear y anticipar el movimiento de una sola caravana. Si hubiera muchas caravanas itinerantes y llevando a cabo acciones directas a través de todo el camino del oleoducto, el impacto se hubiera multiplicado exponencialmente. El Mississippi Stand por su propia cuenta no contaba con los números para crear un enjambre adecuado.
Las limitaciones más grandes fueron las que el Mississippi Stand se impuso a sí mismo, dando vueltas a debates continuos con respecto a la violencia versus la no-violencia o el sabotaje directo versos el no-sabotaje. Durante la batalla de NoDAPL en Iowa, otros individuos independientes del Mississippi Stand decidieron comprometerse a las acciones directas de sabotaje, incluyendo los incendios de equipo mecánico entre un número de otras tácticas. Aunque mucho más riesgoso, estos actos tuvieron diferentes grados de éxito al retrasar la construcción durante semanas o incluso meses. Podría decirse que los consideramos más efectivos que cualquier otra acción individual del momento. Causaron un efecto significativo a los costos con el aumento de la seguridad y el retraso del retorno a la inversión, y costó muchos millones de equipo dañado.
Aquellos que deciden tomar riesgos mayores tienen la responsabilidad de hacerlo de forma precavida y seria, manteniendo en cuenta el impacto mayor que las acciones pueden tener en la amplitud del movimiento. La lucha para salvar al planeta requiere de nada menos que una diversidad de tácticas. Todos deben decidir la manera en la que participarán en la lucha por sí mismos. Nuestra solidaridad debe ser estrecha para ir en contra de las fuerzas del estado y corporaciones que buscan dividir y destruir nuestros movimientos.
Sabemos que por toda la lucha NoDAPL de Standing Rock hasta el Mississippi Stand, Energy Transfer Partners se vio obligado a negociar los contratos de embarcaciones y le costó más de mil millones de dólares. De no ser que Enbridge compró una porción significativa de Energy Transfer Partners y les aseguró una inversión, ETP hubiera sido derrocado. Los inversionistas han estado quitando el dinero de los proyectos de combustibles fósiles sucios para invertirlo de forma más segura y menos volátil. El impacto cultural también importa; la resistencia genera una vibra y esto moviliza a las personas para que se involucren en contra de los proyectos de combustibles fósiles en sus comunidades. Varios proyectos de combustibles fósiles también han sido clausurados en las cortes. Indiscutiblemente, la influencia del movimiento NoDAPL se ha propagado como incendio salvaje desde que en la cumbre del conflicto giró la marea en contra de la industria.
El arte del engaño es un eje para todas las luchas efectivas, especialmente entre el “David” de los protectores del agua y el “Goliat” de la industria petrolera y el estado. Esta comprensión evolucionó durante la campaña. Al principio, los entrenamientos y planeación de la acción directa sucedieron enfrente de la ley en el sitio de las acciones directas. Esta fue una violación monumental a la seguridad que destruyó absolutamente el elemento sorpresa necesario para una acción exitosa. Una vez que los protectores de agua se posicionaron para actuar, la policía sencillamente los arrestó antes de que cualquier disrupción real a la construcción tomara lugar. Los arrestos que no rindieron ningún fruto costaron miles de dólares en multas que el movimiento luchó durante meses para recaudar fondos. Con el tiempo y al involucrarse personas nuevas, el engaño se adoptó como necesidad.
Repetidamente, el Mississippi Stand fingió acciones para atraer a las fuerzas de seguridad lejos de sus objetivos reales. Se planeaba una protesta para distraer a la policía llevándola lejos de los lugares donde los protectores de agua atacarían los nodos de construcción de infraestructura o a veces quedaban escondidos adentro de la protesta. A menudo, cuando salían del campamento, los conductores que eran un señuelo se dirigían a un lado y las fuerzas de DAPL los perseguían mientras el grupo de la acción real seguiría otro camino libre de acoso. Las direcciones falsas se volvieron una rutina obligada.
También, después de que terminara la lucha en campo de DAPL, salieron documentos que demostraban la extensión en la que Tiger Swan, una compañía de seguridad pública, había vigilado las actividades. Un informante para Tiger Swan llamado Joel Edward McCollough estaba presente en el campamento de acción. Hizo muchos esfuerzos perseverantes para introducirse en las acciones de la caravana móvil, sin embargo, el comportamiento de Joel y la falta de afinidad de la caravana con su persona lo llevó a que lo mantuvieran vigilado.
Esta situación subraya la importancia de realizar trabajo de acciones directas sólo con aquellos en quienes confíes e idealmente con quienes has trabajado durante algunos años. Mientras todos en la caravana Mississippi Stand habían sido investigados, las personas tenían relaciones que llevan años de trabajar juntos a sólo conocerse en el campamento de acciones. Las circunstancias nunca son ideales, sin embargo, la confianza que debe haber al adoptar este trabajo es una necesidad que asegura la seguridad de todos los involucrados.
La contra-vigilancia también fue importante para el trabajo. Los protectores de agua observaban el comportamiento de las fuerzas de seguridad y tomaban nota de los coches que los seguían. También seguían los vehículos de tanto la seguridad como de trabajo que iban y venían del sitio de trabajo, y notaban patrones inusuales que les daban indicaciones a grandes rasgos del nivel de actividad en torno a ciertas facetas del sitio en construcción. Esta información era empleada para identificar debilidades en el proceso de construcción.
Los protectores de agua usaron drones para tener acceso total de vistas de la superficie de sus objetivos. Los drones resultaron ser infraestructura que bien valía la pena el costo. La contra-vigilancia es un proceso en constante evolución conforme nuestros enemigos y situaciones específicas cambian. Debes usar lo que esté a tu disposición para adaptarte.
Al prolongarse la lucha del oleoducto, el Mississippi Stand aprendió que cada arresto significaba un trabajo de apoyo arduo y largo. Una disrupción que dure sólo unas horas, o incluso peor, un arresto simbólico, podía traducirse a meses de apoyo legal para y en torno al arrestado. Esto les quita tiempo a los organizadores, voluntarios de defensa legal, abogados del movimiento y los fondeadores que podrían dedicarse a los suministros que apoyarían la lucha. Incluso peor, algunos de los arrestados nunca obtienen apoyo legal después de haberse encadenado, y terminan pagando consecuencias pesadas que alteran su vida gracias a su postura. Esta no es la forma de sostener un movimiento.
Así que, por cada arresto planeado, los protectores de agua intentaron maximizar la disrupción que causaban. Aprendieron a ser discretos y a usar sus recursos limitados que estaban a su disposición para atacar continuamente al oleoducto de las maneras más eficientes que pudieron, manteniendo pulsos constantes de acción. Resulta difícil aseverar cuánto daño has causado sin lograr tu meta final. Sin embargo, sabemos que Energy Transfer Partners incurrió en decenas de millones de dólares de seguridad privada y que los contratos fueron creciendo y alargándose en el tiempo por la resistencia continua. Si nuestros movimientos están creando paros laborales, afecta la percepción del público e inversionistas. Al girar la marea de la opinión pública en contra de las compañías y bancos conectados al proyecto, podemos girarla en contra de la inversión tóxica. Los retrasos laborales son clave para esto. Desde los encadenamientos a los bloqueos, debes encontrar formas para retrasar consistentemente el trabajo o frenarlo. Otras fugas financieras incluían los costos de seguridad, refinanciamiento de deuda y pérdida del capital político. La resistencia efectiva significa conocer al enemigo. Un conocimiento extenso de cómo funciona la industria y un conocimiento profundo del proceso de construcción te permitirá atacar al oleoducto en el lugar correcto en el momento correcto, para retrasar todos sus planes cuidadosamente pensados.
La escasez de recursos es una debilidad clave para los protectores del agua. El movimiento necesita coches confiables, por ejemplo, para tener muchas caravanas. Necesitamos suministros de alimento y de campamento y también para caravanas. Se necesitan casas seguras donde los viajeros puedan descansar y reagruparse. Se necesita de fondos para la defensa legal y redes de apoyo fuertes que puedan proveer sostenidamente un apoyo confiable de los arrestados. Se necesita vestimenta decente para invierno para todos, y los medios para mantenerlos calientes. El movimiento necesita más recursos, los recursos correctos, y debe saber cómo usarlos sabiamente.
Una vez que comenzó la caravana fue de crucial importancia tener lugares de recuperación, almacenaje de suministros y reequipamiento del tráiler con aislamiento y literas. Un tráiler de $300 se volvió el barracón móvil que podía hospedar a una docena y sostener cientos de kilos de suministros. Vivir en tu automóvil o tiendas de campaña durante el invierno no es sostenible. Vale la pena invertir en la vestimenta necesaria.
La recaudación de fondos se vuelve una preocupación para mantener el movimiento. Como grupo de acción directa, la caravana entendió que mientras las acciones parecieran más ostentosamente osadas, más dinero recaudarían en línea. La rama de medios del grupo fue completamente crítica al difundir el mensaje y asegurar la mayoría de sus fondos. Sin embargo, el objetivo no es salirte con la tuya con unas acciones vistosas. Sino llevar a cabo las acciones efectivas. La caravana nunca perdió de vista el objetivo: detener el oleoducto y causar el mayor daño económico posible en su curso. Para los apoyos de las líneas primerizas, el reto recaía en la recaudación de dinero para suministros y defensa legal y para mantenerlo disponible en caso de necesitarlo las líneas primerizas. Esto debe sostenerse, el trabajo contable, y es una posición clave en la que cualquiera que no pueda ir a la primera línea participe.
La movilidad es la clave, no sólo a nivel estratégico, con las caravanas, pero a un táctico también. En Keokuk, los protectores del agua adaptaron la teoría del enjambre de pelea. Un enjambre es una red de estructuras autónomas que se encuentran en la naturaleza, como las abejas. Como táctica militar, ha sido empleada con éxito durante miles de años. Ahora en la era de la información, nunca ha sido tan fácil para que los actores autónomos en el campo de batalla se coordinen y adapten rápidamente. Los defensores de la tierra y anti-autoritarios han desarrollado el concepto más en años recientes, y también ha sido documentado por investigadores militares.
Uno de tales grupos de investigación, la corporación RAND, es un laboratorio de ideas militar que procesa datos para la máquina de guerra e innovación de tácticas nuevas para el ejercito de los E.E.U.U. Mientras que estamos asqueados con su colaboración con los peores elementos de las fuerzas imperialistas, hemos encontrado en su investigación particular de la estrategia de enjambre una luz. Escriben en su informe de tesis “El Enjambre y el Futuro de los Conflictos ([Swarming & The Future of Conflict](https://stopfossilfuels.org/files/Swarming and the Future of Conflict - RAND.pdf)) ”:
“El enjambre pareciera ser amorfo, sin embargo, está deliberadamente estructurado y coordinado en una forma estratégica para atacar en todas direcciones, por medio de una fuerza y/o fuego pulsante sostenible, al igual que desde posiciones fijas. Funcionará mejor, quizás únicamente, si está diseñada principalmente en torno al uso de una miríada de unidades pequeñas, dispersas y conectadas en red.”
Más adelante llegan a decir:
“…Formar un enjambre depende de regresarle el poder a las unidades pequeñas y una capacidad de interconexión con las unidades que hasta recientemente se hizo posible, debido a la revolución de la información.”
Como lo dice el informe, las redes vienen en tres tipos principales:
En el Mississippi Stand, el enjambre de red todo canal se usó para muchas acciones. En una de tales acciones, los protectores del agua se abalanzaron al sitio de construcción, desorientando las fuerzas de seguridad de DAPL para obtener acceso al equipo necesario para el encadenamiento (para ver el video “#NoDAPL resistance punks security and locksdown to backhoe” título del video para ver un enjambre en acción.) Mientras las fuerzas de seguridad se movían para interceptar un grupo, otro podía acercarse al objetivo. De esta forma, la misión de cada grupo autónomo se volvió fluida: en un momento, te vuelves la fuerza del golpe. Conforme te bloquea las fuerzas de seguridad, te vuelves un señuelo mientras otro equipo se mueve hacia el objetivo. Cuando la seguridad se dirige a bloquearlos, retomas la ofensiva.
Descubrieron que la formación de enjambres les ayudó a evitar arrestos costosos. Durante los bloqueos del vertedero, la seguridad privada intentó capturar a los activistas con seguros de plástico (“zip”) para llevarlos bajo custodia privada y después a la custodia de la policía. Esta era una situación peligrosa. El Mississippi Stand empleó tácticas de enjambre para abrumar a los mercenarios y subsecuentemente liberaron a los camaradas.
Creemos que es importante difundir este conocimiento táctico con las esperanzas de pasar de una caravana a muchas, de un enjambre a un enjambre de enjambres. En el Mississippi Stand, se introdujo el entrenamiento de acción directa para preparar a los activistas para la lucha y para lograr que las personas colaboraran en un marco de trabajo compartido. Se emplearon muchos activistas para entrenamientos más convencionales de desobediencia civil, que enfatizan más la acción directa centralizada y de menor espontaneidad; estos entrenamientos suelen enfocarse en los arrestos simbólicos en lugar de causar disrupción, y normalizar la voluntad de ser arrestado. Así que, para muchos, este fue el primer entrenamiento que tomaron que los motivó a las formaciones y acciones autónomas. El entrenamiento funcionó para despejar la división nebulosa entre acción directa violenta y no-violenta. En su lugar, se enfocó exclusivamente en la acción directa estratégica. Dada la anti-educación en torno a estos temas, el entrenamiento distinguió la diferencia entre acción violenta (que daña la vida) y sabotaje (daños a propiedad en defensa de la vida). Introdujo conceptos de cultura de seguridad con respecto a estos temas y adoptó la importancia de abrir la amplitud de tácticas en el movimiento.
En retrospectiva, el Mississippi Stand, su potencial es claro. Aunque es cierto que la lucha contra DAPL en Iowa finalmente se perdió, se aprendieron muchas lecciones sobre el potencial del modelo de caravana si se mejora y expande. Debemos sacar la lucha más allá de los campamentos y golpear a los oleoductos arriba y debajo de sus rutas con caravanas itinerantes autónomas.
Imaginamos caravanas como un enjambre consigo mismo, moviéndose como un “enjambre de enjambres” a través del campo de batalla. Deja que las fuerzas de seguridad se concentren en los campos de las líneas primerizas. Las caravanas pueden completar esos campamentos, abriendo frentes nuevos hasta que no haya más líneas primerizas nunca más, sólo una lucha asimétrica que el estado no pueda contener.
Todavía hay problemas con nuestro modelo que necesitan resolverse. Como formas efectivas pero seguras para que cada caravana se comunique con las demás y coordinen acciones para escalar nuestro impacto. La investigación en el proceso del oleoducto ayudaría a que cada grupo golpee los puntos débiles en momentos oportunos. Una red de apoyo fuerte para recaudar fondos, dar ayuda material y defensa legal, al igual que organizar los miembros de la comunidad enraizados en sus tierras hogareñas, es necesario mantener la lucha a largo plazo.
Estamos luchando en contra de una industria, que tiene el apoyo completo del estado, que quiere soltar una bomba climática y construir su oleoducto sobre territorios indígenas y aguas indígenas. Estamos combatiendo la extinción masiva. No les importa jugar limpio, ni la vida, ni la de sus propios trabajadores, ni la pistola con la que le apuntan al planeta como si fuera una cara con tal de obtener ganancias. Necesitamos frenar los oleoductos, ambos, los que están en proceso de construcción y los que ya están construidos. Necesitamos frenar las refinerías, las arenas bituminosas, y los pozos de fracking, toda la infraestructura de los combustibles fósiles. Tienen una industria que cubre al planeta y ahoga los cielos.
El mundo entero es nuestro campo de batalla y su destino cuelga de la balanza. Tenemos el deber de ganar.
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Análisis de No a los Combustibles Fósiles de la estrategia, tácticas y vulnerabilidades de la industria petrolera:
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