Reseña del libro: La otra historia por Richard Powers
“Ni las mejores discusiones del mundo podrán cambiar la mente de una persona. Lo único que puede lograrlo es una buena historia.”
Eso declara uno de los nueve protagonistas de una historia lo suficientemente buena como para cambiar mentes y como resultado, quizás el mundo. La otra historia entreteje la ciencia y filosofía del biocentrismo con el mito tradicional junto con las leyendas emergentes de nuestras creaciones digitales, todas guiadas y exploradas por una multitud de narrativas humanas. El resultado nos ofrece un camino alternativo que necesitamos desesperadamente para un futuro caracterizado por las relaciones en lugar de la explotación; la satisfacción de necesidades reales en lugar de una búsqueda sin fin de deseos manufacturados incesantes.
Otros reseñadores (tales como Barbara Kingsolver) han alabado el mérito literario del libro. Como se podría esperar de un autor que ha recibido por varias décadas galardones, la escritura de Powers es excelente y apasionante. La historia se desenvuelve lentamente conforme Powers desarrolla un personaje a la vez. Las minibiografías son atrayentes por sí mismas, pero el verdadero valor de la lectura llega cuando se van entretejiendo. Nos resulta difícil a nosotros, los seres humanos que vivimos por tan corto tiempo, entender una perspectiva de tiempo superior a la nuestra incluso siquiera por un solo orden de magnitud mayor, pero el puente construido pacientemente por Powers de múltiples generaciones empuja al lector hacia el pensamiento dentro de la escala de los bosques.
El auge sometedor de nuestra cultura ha ocurrido en el tiempo de la vida de algunos árboles, un solo pestañeo en nuestra historia planetaria. Ciertamente nuestra caída sucederá con mayor rapidez, ya que nuestra falta de voluntad colectiva de vivir en comunidad con el resto de los habitantes del mundo no sólo condenará al industrialismo pero a millones de especies a la ruina, dejando al mundo devastadoramente empobrecido por millones de años. Powers ve con claridad la locura de nuestro curso actual. Escribe con pasión, desesperanza y enojo de igual peso que la crisis. A pesar de ello, está motivado por el asombro por las maravillas que aún tenemos aquí y ahora, la posibilidad de protegerlas si actuamos y el solaz de que la vida se recuperará en largo largo largo tiempo.
De muchas formas es una antítesis al libro de T.C. Boyle, Un Amigo de la Tierra. Ambos libros giran en torno a las preguntas prácticas y morales de cómo responder adecuadamente a cada atrocidad que acompaña las muchas otras atrocidades, con una sola respuesta, el ecosabotaje, como línea de defensa planetaria. Pero mientras que el libro de Boyle es nihilista, con personajes poco convincentes motivados por sus propios objetivos antropocéntricos, Powers escribe ocho caminos realistas de personas que extienden su respeto a los árboles, incluso su amor. Todos hacen sacrificios para sus hermanos no-humanos, algunos incluso arriesgan su libertad y sus propias vidas. Muchos son completamente biocéntricos, reconocen que los árboles son seres inteligentes y gregarios y rechazan plenamente la noción de un excepcionalismo humano.
Con gran empatía, Powers relata las decisiones de tomar acciones clandestinas, explicando fácilmente el porqué los activistas de su novela, como aquellos en la vida real, hacen una escalada de acciones hacia las tácticas ilegales. Con el sistema diseñado para cooptar o debilitar la disidencia, experto en circunvenir los procesos democráticos y que además suprime con brutalidad la protesta, cualquiera que quiera lograr un cambio sustantivo se ve obligado a renunciar a las herramientas aceptadas que cumplen con las tácticas esperadas. Desafortunadamente, como en Un Amigo de la Tierra, el ecosabotaje resulta inefectivo porque está limitado a la estrategia de merma y no tiene como objetivo la infraestructura crítica. El género de la eco-ficción permanece esperando una historia de activistas estratégicos que instiguen un fallo en cascada al poner un alto a los combustibles fósiles.
Los objetivos de los protagonistas de Powers no sólo incluyen bloqueos y ecosabotaje, pero investigación científica, arte, restauración de ecosistemas, psicología y aprovechamiento de inteligencia artificial. En este entramado diverso, cualquiera puede encontrar hilos con los cuales se puede identificar y guiar, invitando al lector a unirse en la vida real a la lucha haciendo uso de todas las habilidades e intereses que él o ella pueda aportar. La verdadera crítica a La Otra Historia no será el lugar que gane en las listas de best-sellers o que reciba alabanzas críticas y premios literarios, pero si logra motivar a los lectores a la acción:
Ser humano implica enfrentar la confusión entre vivir una historia satisfactoria o una significativa y confundir la vida por una cosa gigantesca con dos patas. No: la vida se moviliza a una escala vastamente mucho mayor y el mundo está fracasando precisamente porque ninguna novela puede hacer que la contienda por el mundo parezca tan convincente como las luchas entre algunas cuantas personas perdidas. Pero Ray necesita de la ficción tanto como todos. Los héroes, villanos y personajes terciarios que su esposa le da esta mañana son mejores que la verdad. Aunque yo sea falso, ellos dicen, y nada de lo que yo haga logre alguna diferencia, aún así, recorreré todas las distancias para sentarme a tu lado, mantenerte compañía y cambiar tu mente.
Quizas sea cierto que incluso los mejores argumentos no cambiarán las mentes de las personas. Si es así, entonces lo que ahora mismo todos necesitamos, humanos y no-humanos, es una ficción que sí lo logre. La Otra Historia puede ser esa ficción.
Lee una entrevista larga, consciente y profunda a Richard Powers, Abandonemos el Suicidio
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